Cómo saber si eres adicto a la comida y cómo superarlo
Has de tener en cuenta que hay una dependencia, el “ansia” es fisiológica, tu cuerpo te lo pide y no se trata sólo de “fuerza de voluntad”. No te culpabilices. El problema al que se enfrentan las personas cuando dejan el azúcar y la harina, o los carbohidratos procesados, son los síntomas de abstinencia.
Algunos son: cansancio, inquietud, dolor de cabeza, problemas de sueño y por supuesto ansiedad, antojos y ganas de comer sus comidas llenas de carbohidratos favoritas.
Puede que nos hayamos propuesto comer más sano una y otra vez, pero hayamos recaído una y otra vez también debido a esta ansiedad, también puede que hayamos intentado reducir un poco el consumo de ciertos alimentos pero no haya sido suficiente.
¿Qué podemos hacer? Algunas recomendaciones básicas para trabajar este tema son:
Identifica el tipo de alimento con el que tienes más problemas. Para algunas personas puede ser pan, pizza, pasta, para otras helado, chocolate, refrescos y zumos, bollería (croissants, churros, muffins, donuts), o pueden ser snacks de bolsa, comida preparada, etc.
Prepárate con antelación: has de tener un plan para comer sin carbohidratos durante un tiempo hasta que superes el síndrome de abstinencia y dejes de sentir “antojos” (te regularás además hormonalmente). También has de fomentar un estilo de alimentación saludable para siempre: saber qué comer y con qué sustituir esos alimentos problemáticos.
La comida saludable puede ser muy rica y variada, busca información. Es importante estudiar e informarse, pues hay mucha desinformación en lo que a nutrición respecta: muchas personas creen “comer sano” cuando realmente no lo hacen y no es culpa de ellos, sino de la mala información. Por ejemplo: los aceites vegetales hidrogenados (o grasas trans) está demostrado que son muy perjudiciales para nuestro organismo, y sin embargo nos venden la margarina como una opción saludable a la mantequilla, hay incluso margarinas recomendadas para bajar el colesterol y encontramos grasas trans en todos lados dentro de las comidas procesadas: galletas de cereales, masas, comida preparada, etc. Es importante informarse, y leer las etiquetas de ingredientes de lo que compramos en el supermercado.
Es mejor la abstención total de los alimentos problemáticos que el intentar reducirlos. Así como cuando se dejan tabaco u otras drogas lo mejor es hacerlo de manera radical que ir disminuyendo las dosis, en el caso de la comida es lo mismo: mejor cortar el consumo y prepararte para “pasar el mono” o síndrome de abstinencia. Un alcohólico en recuperación no tendría alcohol en casa, sería el mismo principio: prepara tu entorno para evitar tentaciones y recaídas.
Durante la fase de “abstinencia”:
- Evita pasar hambre
Restringir mucho las calorías y pasar hambre generará mucha más ansiedad, simplemente come alimentos sanos y evita los problemáticos pero sin restringir ni comer poco, sáciate. Si tienes ganas de picar algo busca una opción saludable. Muchas veces se comete el error de llevar dietas muy restrictivas, contar calorías y pasar hambre, esto no ayuda. Come comida real, disfruta aprendiendo nuevas recetas, cambia la comida basura por opciones saludables, consume grasas buenas. Pero ¡no pases hambre!
- Mantente Ocupado
Haz actividades enriquecedoras, cultiva tus hobbies, haz deporte, pasa tiempo de calidad con tu familia. El aburrimiento suele llamar a los antojos por comer. Evita el ocio pasivo como tirarte en el sofá a ver la tele.
Come cosas que te gusten: come alimentos saludables pero que te gusten, disfruta aprendiendo a cocinar cosas sanas y deliciosas.
- Busca apoyo emocional
Puedes trabajar con un psicólogo, o también unirte a grupos de personas que han pasado o están pasando con lo mismo. Esto también ayuda a prevenir recaídas, y si se dan aprender a manejarlas de la mejor manera posible para retomar donde lo dejaste y no abandonar por el camino.
- Ten un plan para las situaciones de riesgo
Habrá situaciones como festejos, salidas con amigos, vacaciones, comidas de trabajo o familiares, etc. que serán difíciles de manejar por la presencia de ciertos alimentos. Has de tener un plan para afrontarlas, pues son situaciones que podrás evitar un tiempo, pero no para siempre. Recuerda que la mejoría nunca es en línea recta: habrá baches, es normal, hay que aprender a manejarlos.
- Trabaja tus emociones
Aprender técnicas de gestión de estrés ayuda. Recuerda que solemos recurrir a la comida muchas veces para calmar emociones como el estrés, la ansiedad, la tristeza o incluso el enfado. Aprender a gestionar estas emociones de otro modo evitará el deseo de recurrir a la comida. Un profesional también podrá ayudarte con esto.
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