Consejos Útiles

Cómo afrontar el miedo cuando inicias un nuevo proyecto

Toda historia empieza con un primer paso, pero ¡qué difícil es darlo! El miedo suele estar allí. Aunque, si sabemos darle un lugar justo, podremos convertirlo en aliado. Veamos, entonces, algunas formas de afrontar el miedo al iniciar un nuevo proyecto.

Estas sugerencias y consejos te servirán para combatir los propios fantasmas, las dudas y las inseguridades. Es importante saber que el miedo es una emoción que tiene un mensaje para darnos. Podemos escucharlo, analizarlo y seguir adelante.

Es bueno saber que un proyecto implica mucho más que dar forma a una idea. También abarca el hecho de aprender a gestionar la inteligencia emocional para reconocer las cualidades y que ellas hablen más fuerte que los miedos.

Por eso, es bueno tener en claro qué buscamos con un proyecto, los motivos que nos alientan a concretarlo y qué nos impide hacerlo. Hay que aceptar que se trata de un camino gradual y con altibajos. No deberíamos ser tan exigentes ni tan duros con nosotros mismos.

Algunas de las recomendaciones para afrontar el miedo a iniciar un nuevo proyecto son las siguientes.

Planifica

Hacer un listado o un inventario de aquello que necesitas es una forma de reducir la incertidumbre, el principal alimento de nuestros temores. Ahora bien; no caigas en el engaño de esperar a tener todo lo de la lista para poner en marcha tu idea.

Por el contrario, debemos aceptar que algunas cosas se resolverán con el tiempo, durante la ejecución. Sin embargo, tener en mente dichas necesidades es también una manera de empezar a gestionarlas.

Anímate a compartirlo antes de acabarlo

Un buen camino para mejorar un proyecto consiste en ponerlo a prueba, en lugar de esperar a tenerlo finalizado para hacerlo público. Sería algo así como la versión beta. Podrás recibir opiniones, alertar sobre aspectos que habías omitido, enriquecer tu mirada.

 

 

Identifica tus fortalezas y debilidades

Acepta que no eres perfecto, que es posible que no conozcas todos los temas a fondo y que no hay nada de malo en ello. Por el contrario, mantén una escucha atenta y sé receptivo a las críticas constructivas. De igual modo, confía en tus habilidades y en aquello que sabes hacer bien.

Escucha experiencias de otras personas que estuvieron en una situación similar

Desde hace algunos años se puso de moda la difusión del «costado B» de las empresas exitosas. Es decir, líderes o referentes que hicieron públicos sus fracasos e intentos fallidos antes de obtener los resultados que deseaban. De esta manera, podemos aprender de la experiencia ajena, así como convivir mejor con la frustración.

Intenta siempre pensar «fuera de la caja»

Más allá de que existen caminos conocidos, es bueno mantener la creatividad despierta. Busca aprender cosas nuevas, investiga tendencias, conoce qué hacen en otros rubros diferentes al tuyo. Todo sirve para «inyectar» un aire nuevo a lo de siempre. Esto no solo nos permite mantener la motivación, sino también agregar un diferencial a nuestro proyecto.

Reconoce tus emociones

Todo proyecto tiene una faceta intelectual, pero también emocional. Aprender a aceptar tus emociones no te convierte en una persona débil. Por el contrario, te permite conocerte mejor a ti mismo. Piénsate desde lo que sientes e idea soluciones para hacer frente a tus miedos.

Prepara escenarios complejos

Empezar un nuevo proyecto no equivale a saltar al vacío sin red. Lo que quiere decir es que es conveniente anticiparnos a un escenario complejo y prever algunos recursos provisorios que nos ayuden a superarlo.

Por ejemplo, si quieres dejar tu trabajo en relación de dependencia para convertirte en autónomo, entre tus tareas a resolver puedes incluir la posibilidad de ahorrar durante un tiempo antes de lanzarte.

Visualiza tu éxito

El optimismo y una buena actitud también son claves a la hora de iniciar un proyecto. Por eso, puedes imaginarte a ti mismo en una situación de triunfo y éxito. Tal como lo dice una frase de Henry Ford: «tanto si crees que puedes como que no, estás en lo cierto».

Resignificar la idea de fracaso

En una sociedad en la que las redes sociales y los medios de comunicación solo muestran el costado luminoso de la vida, resulta un desafío aceptar que el fracaso no es necesariamente negativo. El fracaso conlleva aprendizaje y oportunidades de mejora. Incluso, una buena idea puede terminar de gestarse a partir de un «tropiezo».

Lo importante es que puedas encontrar un sentido y una motivación a ese proyecto. Son las razones que te ayudarán a convencerte de seguir adelante cuando tengas dudas. No esperes a estar 100 % seguro; esa seguridad se construye y se moldea en el hacer.

Pon en práctica nuestros consejos… Si quieres que compartamos otros que te llamen la atención, escríbenos,  recomiéndanos… y buena suerte…