\u00bfInsatisfecho con el trabajo? La mayor\u00eda de los empleados no quieren renunciar porque quieren un salario m\u00e1s alto. La insatisfacci\u00f3n con el jefe juega un papel recurrente en las ganas de dejarlo. Si no se comporta de manera apreciativa, sino que gobierna el departamento como un peque\u00f1o tirano, la alegr\u00eda del trabajo se esfuma r\u00e1pidamente. Entonces, a menudo, lo \u00fanico que ayuda es cambiar de trabajo. Pero, \u00bfC\u00f3mo se reconoce realmente a un mal jefe?<\/p>\n
Un buen jefe lidera y motiva al equipo. Un mal jefe, por otro lado, trata de chantajearse a s\u00ed mismo para obtener autoridad esparciendo miedo. En lugar de inspirar a su equipo, se asegura de que todos bajen la cabeza delante de \u00e9l. Puede amenazar tanto abierta como sutilmente para lograr sus objetivos. La cooperaci\u00f3n, en cambio, le es ajena. Nunca acudir\u00edas a \u00e9l con un problema, al contrario, har\u00edas todo lo posible para que no se d\u00e9 cuenta si algo no sale como estaba previsto.<\/p>\n
Las cosas no siempre funcionan bien en el trabajo. Si cometiste un error, ten la seguridad de que todos lo sabr\u00e1n pronto. Tu jefe nunca aclarar\u00e1 este problema contigo solo. En cambio, se asegurar\u00e1 de que todo el departamento est\u00e9 informado al respecto. Hay dos m\u00e9todos para hacer esto: te puede derribar frente al grupo reunido. Esto es inc\u00f3modo, pero a menudo incluso mejor que el segundo m\u00e9todo. El jefe puede filtrar el error en el departamento como un veneno silencioso: va dejando caer lo que has hecho con tus colegas. De esta manera, gradualmente se desmorona la confianza en ti, hasta que finalmente ya no crees en ti mismo.<\/p>\n
Un buen jefe necesita visiones que \u00e9l y su equipo puedan implementar. Con un mal jefe, lamentablemente esto cambia cada minuto: su equipo nunca sabe con qu\u00e9 planear. Lo que era v\u00e1lido por la ma\u00f1ana puede dejar de serlo por la tarde. Un jefe as\u00ed carece del poder de permanencia para implementar proyectos. Le encanta la emoci\u00f3n de lo nuevo, pero no tiene la energ\u00eda para convertir las ideas en realidad. Es dif\u00edcil para un equipo: un jefe como este parece muy motivado y muy entusiasta, sin embargo, la desventaja es su inconstancia. Si logras poner los acuerdos por escrito de inmediato, puedes vivir con \u00e9l; de lo contrario, a largo plazo, es mejor alejarse de todo y trabajar en un entorno confiable.<\/p>\n
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El cl\u00e1sico de encorvarse y bajar la cabeza. Un mal jefe domina perfectamente este comportamiento. Es popular entre sus propios superiores y se le considera encantador y sociable. En el fondo, sin embargo, mantiene a su equipo peque\u00f1o porque le preocupa constantemente que alguien pueda sacudir su autoridad. Por lo tanto, los usa a\u00fan m\u00e1s y se asegura de seguir siendo el l\u00edder. Los comentarios despectivos son normales en el departamento. El equipo se alegra cuando no lo critican. De todos modos, a menudo no hay retroalimentaci\u00f3n en absoluto, lo que es mejor que la cr\u00edtica devastadora que de otro modo puede llegar por parte del jefe.<\/p>\n
La mayor\u00eda de los empleados se quejan de que les falta reconocimiento en el trabajo. Un buen jefe sabe que su equipo funciona mejor cuando motiva a los miembros. Elogia a sus empleados por cada \u00e9xito y hace todo lo que est\u00e1 a su alcance para hacer avanzar al equipo. Un mal jefe, en cambio, no elogia. De ninguna manera. Acepta proyectos exitosos, critica los malos. De esta forma, el equipo nunca se le ocurrir\u00e1 nada nuevo y no se atrever\u00e1 a innovar. Lo probado y testado se considera seguro para no tener que voltear la cabeza.<\/p>\n
A veces no es tan f\u00e1cil como superior mantener una buena relaci\u00f3n con tu equipo: por un lado, quieres llevarte bien con todos, por otro lado, tienes que actuar y dar instrucciones. Un buen jefe puede hacer ambas cosas: puede charlar en la m\u00e1quina de caf\u00e9 as\u00ed como en una entrevista anual problem\u00e1tica. Porque sabe que la solidaridad es importante, tambi\u00e9n organiza eventos para todo el equipo. Es accesible sin volverse demasiado amistoso. Un mal jefe, en cambio, prefiere esconderse del equipo: solo sale de su despacho cuando tiene una raz\u00f3n para hacerlo. Evita la m\u00e1quina expendedora cuando un miembro del equipo est\u00e1 all\u00ed. Si no puede evitar una reuni\u00f3n, se produce una conversaci\u00f3n agitada que ambas partes intentan terminar lo m\u00e1s r\u00e1pido posible.<\/p>\n
Un mal jefe siente la competencia en todas partes, especialmente desde abajo. Es por eso que no est\u00e1 abierto a nuevas ideas, a menos que provengan de \u00e9l mismo. Mantiene a los pensadores innovadores en equipos. Si no puede detener una nueva idea, la presentar\u00e1 como si fuera suya, solo promueve a los miembros del equipo que no pueden ser peligrosos para \u00e9l y que aceptan y elogian sus ideas sin cr\u00edticas. De esa forma, el equipo siempre producir\u00e1 resultados mediocres.<\/p>\n
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