Grandes mitos sobre el agua
Que no podemos vivir sin agua es una verdad indiscutible. Sin embargo, sí son varios los mitos que circulan alrededor de esta sustancia, como que adelgaza o que previene de infartos.
De 3 a 5 días es el tiempo aproximado que una persona puede vivir sin agua, gasolina esencial para que nuestro motor arranque y funcione. Sin embargo, a pesar de que no podemos prescindir de ella, sí podemos hacerlo de los bulos que la acompañan.
¿Es mejor el agua embotellada que la del grifo?
Existen muchas personas que creen que el agua embotellada es mejor que la del grifo y, salvo que se indique lo contrario en determinadas zonas donde no se recomienda su consumo directo del grifo (por ejemplo, en Canarias), no existe riesgo alguno para la salud”, explica Estefanía Ramo, experta en nutrición y tecnología de los alimentos y miembro del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO). Eso sí, la especialista aclara que a los bebés o personas con problemas renales se les recomienda el agua embotellada de mineralización débil. En el caso de los niños pequeños, se debe a que sus riñones son más inmaduros que los de los adultos.
Aun así, hay mucha gente que prefiere el consumo del agua embotellada porque el sabor de la del grifo le resulta desagradable. Ramo indica que, normalmente, esto se debe a las “sustancias que se añaden para que sea potable y garantizar así que sea segura”, aunque pueden influir otros factores como el deterioro de algunas tuberías, la zona y el tipo de agua de cada ciudad y comunidad autónoma.
Por qué beber agua no adelgaza
La sociedad es de pensar que el consumo de agua favorece la pérdida de peso. Lo cierto es que, esta sustancia no aporta ninguna kilocaloría y, como consecuencia, no adelgaza ni engorda. Eso sí, beber mucha agua antes de comer sí puede producir un efecto saciante precoz, pues al llenarse el estómago de líquido, la ingesta posterior de alimentos es menor.
“El agua hidrata y participa en muchos procesos metabólicos del organismo, pero en ningún caso interviene en reacciones de quema de kilocalorías ni tampoco aumenta el gasto energético de las personas”, subraya la nutricionista, quien añade que “lo que sí favorece la ingesta de agua es la pérdida de líquidos del organismo que normalmente se encuentran retenidos y son causa de hinchazón”.
Por otra parte, hay quienes creen que beber agua en la comida engorda. Falso. Como ya se ha comentado en líneas anteriores, no aporta ninguna kilocaloría y, por tanto, no se puede ganar peso con ella. Además, el agua tampoco dificulta la digestión.
¿Hay que tomar agua solo cuando se tiene sed?
No. Según Ramo, lo ideal sería beber a lo largo del día de forma frecuente sin esperar a tener sed. En concreto, experimentar esta sensación significa que se ha producido en el organismo una alerta que indica que existe una deficiencia de líquido debido a que las células han empezado a perder agua.
En este sentido, la experta advierte que “hay que prestar especial atención a ancianos, niños y otros grupos de riesgo como bebés, embarazadas, lactantes, personas con enfermedades crónicas, medicados o deportistas”. Asimismo, también hay que controlar la hidratación en algunas situaciones de riesgo como sufrir quemaduras, infecciones, fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, disnea o incontinencia urinaria.
Beber agua tampoco te previene de infartos
A veces circula a través de las redes sociales que ingerir agua antes de dormir previene de infartos. “Este mensaje no tiene ninguna base científica. Puede coincidir únicamente si da la casualidad de que la persona esté más deshidratada y exista un mínimo de riesgo. Pero, en todo caso, es totalmente falso que beber antes de dormir previene infartos o cualquier accidente cerebrovascular”, detalla.
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