Consejos para la educación de los niños desde el amor
Sabemos que dentro de la familia, el ser humano aprende y comprende cada uno de los aspectos necesarios para vivir en sociedad. Y afortunadamente, las familias están reflexionando para buscar formas alternativas de crianza. Que no impliquen el uso de la violencia, el maltrato en cualquiera de sus formas. Una crianza en pro de sus derechos.
5 consejos de crianza respetuosa y disciplina positiva
Ponerse de acuerdo con la pareja es fundamental. Lo primero es hablar en familia sobre lo que se permite y lo que no. Y establecer un conjunto de normas y límites con los que ambos están de acuerdo. Cuando se decide criar desde el respeto y el amor no caben gritos, golpes, amenazas para enseñar disciplina. Sí, algunas veces los adultos podemos equivocarnos y es allí donde también hay oportunidades para aprender autocontrol, reflexionar y, además, enseñar a pedir perdón.
Los abrazos, el cariño, el amor y la escucha atenta no malcrían. Todo lo contrario. Los niños necesitan de padres y adultos que les brinden protección, cuidado y verdadera atención a su llanto, que en principio, es la forma en que comunican cuando algo no está bien. Ignorarlos, humillarlos o no validar sus emociones son grandes errores que luego tienen repercusiones en la vida adulta.
Las rutinas creadas junto con los hijos son esenciales para darles seguridad. Así saben qué es lo que sigue en el día, y cuando sea necesario sirven para recordar qué fue lo que acordaron entre todos. ¿Cómo hacerlo? Desde pequeños los niños pueden crear una cartelera con dibujos, fotos o recortes de las actividades que realizan cada día. Pueden tener como referencia básicas para el tiempo: la salida del sol, la hora del almuerzo y la salida de la luna, por ejemplo.
Más consejos para una crianza el respeto y el amor
Comunicación asertiva y empática. El respeto, la preocupación por el otro y la cooperación son habilidades que se aprenden dentro de la familia. Conversar con los hijos, aunque sean pequeños, les permite aprender a reconocer sus sentimientos y emociones, a comunicar lo que sienten y, luego, a resolver problemas de forma adecuada, a través del diálogo. Algo urgente en nuestra sociedad.
Alentar, en lugar de alabar. Valorar el esfuerzo y los procesos de aprendizaje y mejoría es más efectivo que solo felicitar por el éxito o un logro alcanzado.
Así mismo, los premios solo son el camino fácil para obtener lo que los padres desean, pero no enseñan a hacer las cosas porque está bien hacerlas. Lo mismo pasa con los castigos. Aquí la familia se juega su papel de criar niños con autoestima, determinación y seguridad.
¡Padres presentes, niños felices!
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