Salud

Dormir pocas horas afecta el cerebro a los niños

Dormir bien y tener un sueño reparador es importante para cualquier persona pero en los niños se hace imprescindible, ya que un buen descanso está directamente relacionado con el desarrollo cognitivo del pequeño.
Si ya sabíamos que dormir y descansar bien es importante para el bienestar de nuestro cuerpo y mente, para los niños parece tener todavía más importancia si cabe. Un reciente estudio, llevado a cabo por la Universidad de Maryland (EE.UU), publicaba que los niños en edad escolar, concretamente, en su primera infancia, que duermen menos de nueve horas podrían tener un desarrollo cognitivo menor.

Las alteraciones cerebrales que se citan en el estudio se relacionan con la memoria, la inteligencia y el bienestar, y como consecuencia de ello, esto podría suponer problemas de salud mental en los niños como la ansiedad o la depresión.

Los bebés tienen 4 fases de sueño a partir de los 6 meses de edad, muy cercanas a las de los adultos; la diferencia está en que sus ciclos de sueño son de 45 minutos y los nuestros de 90. Estudios demuestran que la hormona de crecimiento se segrega mientras dormimos y alcanza su pico más alto durante la fase 3 del sueño, que es el llamado sueño profundo de onda lenta. Además, cuando dormimos se realizan una serie de conexiones neuronales que, en el caso de que haya un sueño muy fragmentado con muchos despertares, no se pueden llevar a cabo de forma óptima por lo que afecta al desarrollo cognitivo. Nuestro cerebro no es capaz de desarrollarse de manera adecuada porque no tiene la capacidad de consolidar todo lo aprendido durante el día y toda la memoria adquirida.

Los bebés (sobre todo, los pequeños hasta los 3 años) entran dentro del límite aceptable del ‘mal sueño’, es decir, son edades en las que es más normal que los niños se despierten más veces por las noches por diversos motivos: por hambre (hasta los 6 meses), por terrores nocturnos, porque necesitan apoyos para enlazar un ciclo con otro… Pero los expertos consideran que el sueño es evolutivo y, por tanto, que entre las edades de los 3 y los 5 años, el sueño debería terminar de madurar. En este momento será cuando el peque logre dormir más horas seguidas por la noche (lo que coloquialmente llamamos del tirón) y, por tanto, su descanso sea correcto y reparador.

Sin unos buenos hábitos de sueño establecidos desde los primeros meses de vida, el niño que duerme mal lo seguirá haciendo hasta esa franja de edad (3-5 años).
¿Qué podemos hacer para ayudarles a conciliar el sueño?
Para empezar, debemos tener claro cuáles son las horas recomendadas de descanso para los peques según su edad, y para ello, está la siguiente guía:
Semana 0-1 – Sueño total recomendado: 16-20 horas
Semana 2-3 – Sueño total recomendado: 15-18 horas
1-2 meses – Sueño total recomendado: 14-17 horas
2-3 meses – Sueño total recomendado: 14-16 horas
4-5 meses – Sueño total recomendado: 14-16 horas
5-6 meses – Sueño total recomendado: 14-16 horas
6-9 meses – Sueño total recomendado: 15 horas
10-15 meses – Sueño total recomendado: 14 horas
15-23 meses – Sueño total recomendado: 13 horas 30 minutos
2 años – Sueño total recomendado: 13 horas
3 años – Sueño total recomendado: 12 horas
4 años – Sueño total recomendado: 11 horas 30 minutos
5 años – Sueño total recomendado: 11 horas
6 años – Sueño total recomendado: 10 horas 30 minutos

El segundo paso, será evaluar todas las variables que están afectando tanto al sueño diurno como nocturno de nuestro hijo. Para ello, deberemos descartar la posibilidad de alguna alteración médica, sensorial, emocional o conductual.

En el caso de que las variables no sean conductuales se debe derivar al profesional adecuado para que pueda tratar al pequeño (pediatra, psicólogo infantil, fisioterapeuta pediátrico…). Y, cuando se traten de variables conductuales, se debe realizar un proceso de mejora de sueño aplicando una higiene de horarios, rutinas y hábitos formando a la familia (habitualmente los padres) para que puedan seguir un proceso que busque la mejora de sueño de ese pequeño y el de todos.

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