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¿Conoces el positivismo tóxico?

Con el creciente interés en la ciencia de la felicidad y el estado aspiracional que asumimos esta propone, no es difícil caer en lo que se ha denominado como “positivismo tóxico”. Un estado en el cual se busca mantener una actitud y pensamiento positivo sin importar lo difícil o retadora que pueda ser una situación.

Aunque sabemos que nutrir nuestra mente y mantener un estado optimista es importante para un vivir plenas, la vida no siempre es ni será positiva. Y las emociones y estados difíciles también son necesarios para el crecimiento y desarrollo humano.

Positivismo Tóxico

Cuando hablamos de positivismo tóxico nos referimos a una generalización del pensamiento positivo, que tiende a negar la realidad y las situaciones que se experimentan en el presente. Tratando de mantener una actitud positiva a toda costa e incluso adornando las situaciones, tratando siempre de encontrar la cara amable de lo que está sucediendo.

Este es uno de los mitos más grandes de la felicidad, pues se asume que una vida feliz es una vida libre de situaciones duras. O que para sentirnos felices debemos pensar positivo todo el tiempo.

La felicidad no niega la realidad. Por el contrario, se ancla en ella para poder esculpir, con lo que tenemos aquí y ahora, un futuro mejor.

No se trata de anestesiar las emociones que llegan con los momentos de incertidumbre o dolor, ni tampoco a ver la vida con lentes “color de rosa” todo el tiempo.

Por el contrario, la auténtica felicidad es la que nos acompaña silenciosa, abriendo espacio y honrando emociones como la tristeza, la impotencia o frustración, pues es por medio de esta diversidad emocional y reconocimiento, que podemos aprender, crecer y nutrir estados como la resiliencia o el optimismo enraizado.

Caer en esta trampa es más común de lo que creemos. Porque creemos que debemos ser fuertes y mantenernos SIEMPRE positivos ante las tribulaciones de la vida.

Tal vez lo que sucede es que no queremos sentirnos “dramáticas”, vulnerables o abrumar a otras personas con nuestros sentimientos. Pero lo que a veces no pensamos es que darnos permiso para sentir y aprender a escuchar nuestras emociones y pensamientos, es un elemento crucial para desarrollar inteligencia emocional.  Y también para poder disfrutar de verdad de la felicidad o la gratitud.

Empatía

Necesitamos emociones difíciles y momentos retadores para poder experimentar la totalidad de la vida. Y esto no quiere decir que vamos a asumir un rol pasivo o de víctimas en torno a los acontecimientos, sino que podemos aprender a afrontarlos de una manera más humana y saludable.

Priorizar la felicidad en nuestra vida consiste también en no olvidar que una vida feliz traerá consigo pruebas, tristezas y dolor. Y que habrá momentos en que la infelicidad es también bienvenida y no debemos cerrar la puerta a ninguna emoción.

Lo que siempre podremos hacer tras darnos permiso de sentir y vivir nuestras experiencias, es actuar con consciencia para esculpir un futuro mejor con base en nuestras experiencias. y, eso sí, la felicidad nos puede ayudar en nuestro recorrido desde su sabiduría y amor.

Pon en práctica nuestros consejos… Si quieres que compartamos otros que te llamen la atención, escríbenos,  recomiéndanos… y buena suerte…

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