Salud

Ejercicio físico contra el cáncer metastásico

Los médicos llevan toda la vida insistiendo sobre la importancia que tiene para nuestra salud el realizar ejercicio físico de manera habitual. Lo cierto es que no dejamos de descubrir beneficios de esta costumbre. Y entre otras cosas sabíamos que se relaciona con un menor riesgo de padecer cáncer.

Aun así, todavía los científicos siguen sorprendiéndose del alcance de los efectos positivos del ejercicio frente al cáncer. Ahora, un estudio publicado en la revista científica Cancer Research por investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha concluido que el ejercicio aeróbico habitual de alta intensidad puede reducir hasta en un 72% el riesgo de padecer cáncer metastásico.

La protección del ejercicio
Según explican, estos autores partían del hecho previamente conocido de que el músculo parece ser especialmente resistente al cáncer metastásico. Sin que se entendiera del todo por qué.

Así, tomaron datos de un estudio prospectivo llevado a cabo por el Centro de Control de Enfermedades de Israel y del Departamento de Nutrición del Ministerio de Salud Israelí.

Concretamente, se fijaron en una muestra de 2.734 hombres y mujeres de la población general israelí, originalmente sin cáncer y con edades de entre 25 y 64 años, a los que se les realizaron análisis antes y después de correr. Además, rellenaron cuestionarios sobre su actividad física y se les realizó un seguimiento durante 20 años. Por otra parte, reclutaron a 14 runners, masculinos y femeninos, con edades comprendidas entre los 25 y los 45 años.

Estos últimos debieron evitar la cafeína durante 12 horas, la comida durante 3 y la actividad física extenuante durante al menos 24 horas antes de acudir al laboratorio. Allí, se les hizo correr durante 30 minutos en la cinta estática. Los investigadores después les tomaron medidas metabólicas y respiratorias, así como muestras de sangre antes y después de ejercitarse.

Hasta un 72% menos de riesgo
El conjunto de estos datos indicó que el ejercicio rutinario tiene poco efecto sobre los diagnósticos de cánceres de crecimiento lento. Pero sí que marca una diferencia en el caso de los cánceres metastásicos. De hecho, aquellos que realizaban regularmente ejercicio aeróbico de alta intensidad tenían un 72% menos de probabilidades de recibir un diagnóstico de cáncer metastásico que los pacientes más sedentarios.

Además, teorizan que el mecanismo que está detrás de esta protección que el ejercicio parece conferir tiene que ver con el efecto metabólico de la actividad física. El ejercicio aumenta el consumo de glucosa por los órganos internos, lo que significa que hay menos energía disponible para el tumor.

Ahora, dicen, se abren nuevas áreas de estudio sobre la cuestión. Por un lado, no está claro cuál es el impacto del ejercicio físico en los pacientes que ya tienen cáncer. Tampoco explica cuánto dura la protección cuando las personas dejan de entrenar. Por otro lado, no se han estudiado detenidamente los efectos del ejercicio más moderado.

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