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LA SAL: Un Remedio que Nunca Falta en la Casa

Desde los tiempos más remotos, la sal ha sido conocida y apreciada por todos. Los pueblos antiguos la empezaron a utilizar para con ser var sus alimentos. También se usó como dinero. Y en algunos lugares era casi tan valiosa como el oro. En tiempos del Imperio Romano, a algunas personas se les pagaba con raciones de sal. Las llamaban salarium. De ahí pro viene la palabra salario, para referirse al pago por un trabajo que se ha realizado. Hoy en día, es casi indispensable para cocinar. Pero además es muy útil como remedio casero.
– Para el dolor de garganta: se hacen gárgaras tres veces al día, mezclando una cucharada de sal en media taza de agua tibia.
– Si se tienen los pies hinchados, nada mejor que remojar los un rato en agua tibia con bastan te sal.
– Para ampollas o lastimaduras en la boca: se mezcla una cucharada de salen media taza de agua, y se hacen buches.
– Para madurar los abscesos y los orzuelos: se mezcla en una taza de agua caliente, una cucharada de sal. Se remoja un algodón o gasa, y se pone sobre la parte afectada. Si es para curar los orzuelos, el agua con sal debe estar fría.
– Para sacar una astilla encajada en la piel: se pone a remojar por unos 15 minutos el lugar donde se tiene la astilla en agua tibia con bastan te sal. Pasa do ese tiempo, la astilla saldrá sin mayores problemas apretándola o con la ayuda de una pinza.